El edificio del Crédito Industrial Sardo, de Renzo Piano. El concurso, el proyecto, la obra.

Resumen

La ciudad de Caligari hubo de esperar noventa años desde el concurso convocado en 1897 para el diseño del Ayuntamiento (ganado por los arquitectos piamonteses Crescentino Caselli y Annibale Rigotti), y resuelto en 1984, cuando se celebró el concurso nacional para el edificio de la sede central del CIS. En esa ocasión fueron muchos los profesionales que nuevamente participaron en un proyecto de gran escala urbana.

Más de cien estudios optaron al concurso: fue una ocasión única, jamás repetidas, de poder comparar un variado elenco de lenguajes arquitectónicos y de aproximaciones culturales. El proyecto de Renzo Piano representa, todavía en la actualidad, un significativo ejemplo de cómo arquitectura y tecnología pueden convivir en un mismo edificio. Este caso demuestra cómo, a pesar de las limitaciones presupuestarias, este tipo de realizaciones arquitectónicas puede convertirse en un hito capaz de ser comparado con el escenario urbano contemporáneo, caracterizado por la presencia de los edificios históricos notables. Arquitectura y tecnología, ensambladas armónicamente en su realización, muestran en este ejemplo una perfecta fusión en la complejidad de la solución adoptada. La piel de cristal y piedra caliza esconde un complejo sistema de sensores, conexiones y unidades de control que hacen de este edificio una “máquina arquitectónica” de altas prestaciones que permite optimizar los consumos y prestaciones para hacerlo, todavía hoy, ecoeficiente.